El 10 de enero puse por primera vez mis pies en el Sáhara de la mano de Bachir Edkhil y Alter Forum Internacional. Fue un viaje inesperado, mágico, lleno de experiencias enriquecedoras que esclarecieron muchos de los dilemas que rondaban en mi interior.
De la mano de la gente de El Aaiún recorrí sus calles, visité los proyectos que realiza Alter Forum para generar prosperidad y compartí sus creencias, su credo, su entusiasmo y sus ganas de crecer. Un pueblo sumido en un conflicto internacional, que lucha contra el aletargamiento y la ignorancia del resto de los países para poder autogenerar su derecho a ser Ciudadanos del mundo y demostrarle al planeta que se puede Creer.
A pesar de no haber crecido
con riquezas materiales, lo hicieron cultivando valores elevados, los mismos que nuestras sociedad occidental se empeña en destrozar portando como bandera el bien individual y la comodidad
material. Brillan tanto internamente que si haces un pequeño esfuerzo por ver con los ojos del corazón dejas de percibir las calles sin asfaltar, la falta de estructuras y la pobreza externa que
se refleja en cada una de sus esquinas.
A la Luz de la gente de El
Aaiún uno ve sus propias debilidades y con ello te brindan, quizás sin saberlo, una oportunidad incalculable de poder enfrentarte a ellas, de crecer. Llegué allí sin nada, me lo dieron todo,
regresé con muchísimo más de lo que pensé que mi corazón podía abarcar.
De la mano
de Bachir llegué al desierto, pude experienciar toda su grandeza a través de sus ojos y les aseguro que tener la oportunidad de mirar a través de él es una Bendición de la que me siento
infinitamente agradecida. No, no soy la misma después de estar en el desierto. Comienzan proyectos nuevos, revoluciones silenciosas, deseos de construir entre todos el mundo que hemos deseado y
que se asienta en lo más profundo del corazón de todos los hombres. Entre todos conseguiremos sumar el grano de mostaza que moverá la montaña y nos sentiremos dichosos de haber dejado lo mejor de
nosotros a nuestro paso. No importa cuan grande o pequeña sea tu aportación, lo cierto es que lo que mueve el mundo es el interior y solamente tu intención, tus ganas de cambiar transforman el
mundo sin saberlo.
Queremos Ciudadanos del
mundo, sin importar su sexo, raza, religión, orientación sexual, procedencia o cualquiera de las diferencias que nos quieran imponer. La separación es rotura. Un “divide y vencerás” que bien
conocen las personas que manejan los hilos de la estructura capitalista mundial. Despacio pero sin pausa iremos apoyando lo justo, aprendiendo a disolver las barreras de los juicios preconcebidos
que tenemos instaurados internamente por nuestra educación y vivencias. Entre todos nos educaremos desde la humildad de saber que no somos nada sin el otro. Encontraremos el equilibrio entre la
riqueza externa e interna, miraremos un mundo sin fronteras y ayudaremos a sentar las bases de una humanidad justa y ecuánime.
Desde aquí quiero agradecer
con el corazón en la mano a todas las personas de El Aaiún que me dieron lo mejor sin pedir nada a cambio. Que me abrieron las puertas y me dejaron quedarme. Me lo ofrecieron todo para que yo
pudiera enriquecerme y compartirlo.
Gracias a todas las personas
que me apoyaron para realizar el viaje y a todas las que diariamente me llenan de amor, incondicionalidad y las mejores intenciones.
Gracias Bachir, por compartir todo tu mundo conmigo y
darme la oportunidad de sentarme en una de esas imponentes dunas a experienciar Todo lo que Es.
Gracias a ti por haber
llegado hasta aquí y leerme.
Feliz Vida para todos!
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Isabel de la Fuente (miércoles, 28 mayo 2014 14:51)
Me han encantado tus palabras de tu visita tan enriquecedora y gratificante al Aaiún....hablaste desde el corazón y ha llegado al mío :) Mucha suerte en tus proyectos allí!