Consejos para realizar una sesión de comunión y no morir en el intento.

Estamos en temporada de comuniones, con su correspondiente estrés y demás particularidades que lidiar. Ser fotógrafo en estos tiempos no es nada fácil, la competencia es dura y vayas a donde vayas un domingo te encontrarás cientos de miles de millones de homónimos agazapados detrás de un arbusto para conseguir la mejor foto del niño o de la niña en cuestión. Así que no vienen mal unos consejos al respecto de que como sobrellevar este tipo de sesiones. Vamos allá!

Los niños llegan tensos... muy tensos. Más que tu un rato, de eso no te olvides. Tu por lo menos llevas la ropa que sueles llevar habitualmente, habrás procurado ir cómodo, no te molestaran los zapatos, no irás con 20 ojos para ver por donde rozas la falda y no tendrás las miradas de tu familia y el objetivo de la cámara clavado por cada gesto que hagas, lo mejor para esto es la paciencia sin duda alguna. Más temprano que tarde se acostumbran a ti, eso si, para eso tienes que cumplir un requisito importante. Dejarles ser ellos mismos.

Hazte cómplice y empatiza. Yo no se tu, pero en mi caso mis fotos de primera comunión no eran yo ni de lejos. Si no que se lo digan a mi madre. Los niños son niños y eso es lo más maravilloso que tienen, que no están condicionados aún del todo por el mundo de los adultos, que viene mas de adulterado que de ser maduro, te lo aseguro. Así que, si todo va bien, dentro de poquito empezarán a explorar ellos mismos el lugar, a mostrarte su mejor cara y a no tener ningún miedo a la cámara. Te dirán a donde quieren ir, donde quieren ponerse para la foto y como te descuides te darán consejos a ti que ni te esperarías.

Corre todo lo que sea necesario para que no te pierdas un detalle. Se van a olvidar de ti en muchos momentos y sin duda alguna, esos son los mejores instantes.

Todo vale. Si, si, lo que quieran ellos hacer es válido para una buena fotografía siempre y cuando sea natural. A ver, seamos sensatos, que nadie pretende que nos echen del lugar, ni que nos maten los padres, ni nada por el estilo. El camino de el medio. Eso si, advertirles que este tipo de sesiones no son para el tipo de personas que quieren meter el traje del niño al vacío e impecable en el armario por eones y eones de tiempo. No nos hacemos responsables, es su día y es para disfrutarlo.

Si están presentes sus hermanos, sus mascotas o familiares que les hagan sentirse cómodos mejor que mejor. No hay nada como esa complicidad, miradas y confianza que se forma en esos momentos. Es tu oportunidad para captar instantes especiales e irrepetibles. Ponte en el lugar de ellos. ¿Cómo te gustaría a ti que fuera?

Una última cosa. Disfruta, disfruta todo lo que puedas y relájate igual que ellos. Vigila que no se metan por delante de los encuadres de otros fotógrafos en sus carreras por todas partes (eso pasa eh, palabra). Prepárate para vivir una tarde emocionante, busca todas las sonrisas y si se ponen serios también. No seas solamente alguien detrás de un objetivo dando órdenes. Déjate llevar por ellos y entonces habrá magia. Te olvidarás de que vas esquivando compañeros de profesión y niños de comunión por todas partes y conseguirás darle a ellos, a su familia y a ti una tarde divertida, diferente y especial.

P. D: Todas las opciones son válidas  ;)  


Abrazos!

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Comentarios: 1
  • #1

    Jose Torres (martes, 24 mayo 2016 21:04)

    wow, sencillamente estupenda las fotos, me encanta el efecto que les ha dado, han quedado sencillamente preciosas, recibe un saludo.