Boda Itahisa y Emily

Y por fín llegó el gran día.

 

Tengo que reconocer que fue un momento especial, no solo para ellas, si no para todos los que estábamos presentes y vibramos a su lado. Simplemente por lo que nos transmiten y por esa sonrisa incondicional que siempre disponen para repartir sin pedir nada a cambio.

 

Gracias a las dos por permitirme formar parte de toda la magia que desprenden.